CINE_La buena esposa o la feminidad silenciada
“La buena esposa” trata sobre la vida de un matrimonio de escritores en que ella, por amor, renuncia a tener una vida independiente como escritora para dedicarse a las labores de casa, cuidar al hijo en común y ayudar al marido a mejorar sus escritos. Sin embargo, su deseo de escribir es tan grande que acaba por ser su “negro“ en la sombra, mejorando de tal manera los borradores de sus libros que llega a convertirlo en un escritor de fama mundial.
La esposa no solo da estilo literario a los escritos de su marido sino que también, en el ámbito personal, intenta ser comprensiva con sus infidelidades. Además, anima al hijo que aspira a ser escritor y que el padre, estando imbuído de un éxito y un reconocimiento profesional que realmente no le corresponde, no sólo no le valora sino que humilla y degrada hasta el punto de tenerlo anulado.
Pasan los años y le otorgan el premio Nobel de literatura. Se desplazan a Estocolmo para recibir el galardón, momento en que se monta un acecho mediático que él aprovecha para echar otra canita al aire con una periodista mitómana.
Entra en ese momento el biógrafo, un joven insistente que conversa con la esposa intentando extraer información de su esposo premiado y poner en entredicho sus méritos. La esposa intuye las intenciones del biógrafo y se resiste a darle lo que pide pese a que nota, con sus insinuaciones seductoras, que quiere algo más que información. Empieza un juego entre la esposa y el biógrafo donde ella acabará por replantearse su vida.
La película, en realidad, pone en tela de juicio lo que es el amor incondicional de una esposa; una mujer que se hace madre y que construye su hogar con trozos de heno y ortiga, posiblemente con una educación de colegio de monjas y bordados, donde no te enseñan a arrear un sartenazo alguna vez. ”La buena esposa”, interpretada por Glenn Close y Jonathan Pryce, convence y hace pasar un buen rato con sus pequeños gestos y sutiles miradas que van hilvanando una trama que queda interrumpida al aparecer el periodista biógrafo.
Christian Slater, el actor que interpreta el papel, consigue con coqueteo sibilino encender la llama de la feminidad que creíamos extinguida en ella. Una elegante realización y jugoso reparto de grandes actores que, de no ser por ellos, la historia aguantaría menos al jugar demasiado con los clichés de roles tan consabidos.
Diego Jiménez.