LD_¿Libres en las redes sociales?
Libertad en las redes sociales para una puesta en escena deseada: bling bling o minimalista, acelerada o zen, corporal o paisajística… siempre en un ángulo de magnífica plenitud, en ocasiones desborda hacia la ostentación más burda.
¿Libertad de expresión? ¿Libertad de actuación? ¿Somos libres en mitad de tantas transacciones, negocios, compras, estadísticas, likes, escaparates, sites, portadas, programas, excelencias, tendencias…?
De tanto ir y venir por los circuitos comerciales, el concepto de libertad va tomando un uso de significado cuantificable donde “más” se confunde con “mejor”: más likes=más éxito, más viajes=más felicidad, más sexo=más placer, más compras=más nivel de vida… en suma: más “adquisiciones”, de objetos o personas, más likes, más movilidad, mayor supuesta libertad.
Pero si salimos del contexto de las últimas décadas, si tomamos una perspectiva histórico- cultural, ¿tiene algo que ver esa idea de libertad con el recurrente concepto de libertad analizado por tantos pensadores, ya fueran artistas, filósofos o doctores?
La dificultad de la libertad, precisamente, radicó y radica, aunque hoy se quiera maquillar, en ese agujero del ser humano, agujero imposible de cernir cuantitativamente, y es allí donde la individualidad se juega, donde el deseo se pone a prueba.
Lo más propio de cada sujeto, no tiene que ver con el prêt a porter de los objetos ofrecidos en el mercado, tiene que ver con un núcleo de angustia que canalizada adecuadamente permite a la creatividad diseñar una manera de arreglárselas bien con la propia vida y que cuando se pretende tapar, no hace más que crecer hasta desbordarse y canalizarse en la huida, como en las drogas y demás adicciones (hard o soft), huida de uno mismo.
Desde el psicoanálisis, apostamos por poder salir de la acción-reacción que vemos paradigmáticamente en los likes y otras modalidades instantáneas de colmar el deseo. Nos ocupamos de abrir un espacio de incertidumbre, de valoración del deseo individual, hacemos una apuesta por la libertad, porque la libertad es otra cosa que la satisfacción prefabricada.
Cristina Andrés