LD_Trauma y subjetividades
Lo inesperado irrumpe en Europa a principios del 2020. Cogió por sorpresa, no pudiéndose anticipar y, por tanto, evitar. Y eso fue la marca primera del trauma, un trauma llamado Covid que cambió el mundo contemporáneo tal como hasta ahora lo habíamos conocido. Fue una instalación repentina de algo que iba a ser distinto y donde nuestra memoria no alcanzaba para poder reconocer el horror que vendría.
Sin brújula que orientara, empezamos a poner palabras a ese horror, a construir un relato, dando múltiples sentidos a los efectos de la Covid. Tras el primer encuentro con el trauma, se empezaron a inscribir en la memoria de cada quién imágenes, significaciones, significantes de lo atroz. Un conjunto de signos que se impusieron y que requieren ser pensados, elaborados, resignificados. Lo singular de cada quién, sin embargo, se ha puesto en un segundo plano para hacer frente a la crisis sanitaria.
Aniol Yauci / @yaucianiol - 12/05/2020 La Vanguardia
Tras el llamado de las autoridades a un confinamiento obligado, la mascarilla fue uno de los signos del trauma que homogeneizó semblantes y silenció la subjetividad. Ojos para ver el horror, oídos para escucharlo y boca tapada para proteger y protegerse del invisible destructor. Las marcas dejadas por el trauma se podrían reseguir en la imposibilidad del olvido. Los científicos se pusieron a trabajar para buscar una solución. Un tiempo de espera, de una planificación científica que ha permitido para muchos tolerar la incertidumbre y resistir al trauma provocado por un peligro real.
Freud define la percepción del peligro real como un “exceso de excitación” que puede ser tanto interno como externo. Pero, en ambos casos, la excitación se hace difícil de manejar para la persona. Cuando este exceso de excitación se va haciendo cada vez más insoportable, Freud propone el término “desamparo”.
En un primer tiempo, ocurre lo inesperado, un evento no programado, que no corresponde a un discurso previo existente. En un segundo tiempo, se despliegan las secuelas, repercusiones subjetivas del trauma. Cada uno va a tomarlo y pensarlo de una manera y ahí se inscriben las secuelas, lo subjetivo y singular de la situación traumática.
El campo "psi" tiene algo que decir en todo ello porque si bien el trauma es homogéneo, sus secuelas no son estandarizables. No hay una relación unívoca y determinista entre el trauma y sus efectos. Saberlo permite orientarse mejor en el tratamiento del trauma y crear los dispositivos más adecuados para cada uno: psicoterapia individual, grupos terapéuticos, grupos operativos, psicomotricidad relacional, talleres, psicodrama etc.
Helena Valldeperes